“Ese indescifrable mágico y misterioso Ser, encarnado en un cuerpo de mujer, soy yo” – Doris Martínez
¿Quién soy yo?
Los pensamientos que viven en mi mente.
La fe que me despierta en las mañanas.
Los sentimientos que me conmueven.
Las emociones, con las que reacciono.
Las sombras que algunas veces me oscurecen.
Las costumbres que me enseñaron.
Los hábitos aprendidos a través de los años.
Los valores que asimilé en la crianza.
Los complejos que acumulé en la infancia.
Los cambios permanentes del día a día.
El polvo de estrellas que me conforma.
El cuerpo biológico que expresa todo esto.
El ADN que me aportaron mis padres.
Te cuento que en repetidas ocasiones, a lo largo del día, me pregunto quién soy. ¿Te sucede a ti?
Cuándo lo pienso, me embarga todo ese amor a caudales, que expreso en todas mis acciones.
También llega a mi mente, todas esas actividades que por diferentes motivos, aún no realizo, pero que siguen en mi vida como un pendiente.
Sabes, hace unos días me enviaron un mensaje por redes sociales, donde me decían que era una vieja recontraverde.
Busqué inmediatamente el significado, y después de reírme todo lo que pude, asimilando el concepto, concluí que esta frase, no me define.
También me han preguntado que si estoy en alguna crisis, buscando información encuentro que la palabra crisis es sinónimo de cambios, lo que me permite concluir que he ido de una crisis a otra, en el transcurso de mi vida.
Sin embargo sigo insistiendo en comprender, que conceptos me definen, para decirme a mí misma con claridad, quien soy, y poder orientar a otros en esta búsqueda.
Pienso que mi edad cronológica, no me define, porque muchas veces me siento tan risueña y juguetona como una niña de 9 años.
Otras veces siento que la poesía, la música, los paisajes, las flores, me conmueven tanto como si tuviera 15 años.
Todos los temas relacionados con el erotismo, me estremecen como si tuviera menos de 25 años.
Otras veces, me despierto y me siento con tanta información en la cabeza, como una anciana de más de 80 años. ¿Te sucede a ti?
No me define el color de mi piel, de mis ojos, o el tipo de cabello que tengo, es decir mi físico no me define, no dice quién soy.
Si un día decido pintarme los labios o el cabello de cualquier color, o tomarme unas fotos tipo boudoir, sexys, divertidas, eróticas, no le dicen a quien las observa, quien soy. Esta acción, para mi divertida, no me define.
El estilo de ropa que elijo usar, no te dice quién soy, nunca he estado de acuerdo con eso, que los diseñadores de la moda me digan qué o como debo vestirme.
Voy cambiando tanto, que si alguien que me conoció hace unos años, cree que puede definirme o conocerme, está lejos de saberlo.
En muchas oportunidades, soy capaz de tomar riesgos, mientras que en otras el miedo, me paraliza.
Hay días que soy tan luminosa, como el sol que nos calienta en la costa, y otros días son tan oscura como las noches de luna nueva. ¿Te ha pasado a ti?
La persona comparte su vida conmigo, sabe que vivimos una montaña rusa, de cambios de ideas, de estados de ánimo, de ocurrencias, de opiniones, en la búsqueda de ser mejor persona siempre.
En esta tarea de definir quién soy, te cuento que la certeza, de ser una hija de Dios, que me ha amado tanto, que entregó a su hijo a cambio de mis locuras y torpezas, me hace sentir afortunada. ¿Te sientes igual que yo?
Admito, que me gusta como soy en mi mente, como me veo a mi misma, físicamente por fuera.
Es decir me gusta mi piel, mi cuerpo, mi cabello, no ha sido fácil, esta tarea de aceptarme y amarme, como vine al mundo, sigue siendo labor de todos los días.
Algunas veces, me cuestiono muy fuerte sobre lo que digo o lo que hago, estoy aprendiendo a ser bondadosa conmigo misma, tratándome bonito por dentro.
Otras veces, me despierto, a media noche y me digo, ¡estas vivas!, Hay que agradecerlo y celebrarlo. Sonriendo me digo, es mejor estar viva que muerta.
Lo que mejor me va, en cuánto a definir quién soy, tiene que ver más con mi risa, con mis travesuras, con las batallas interiores que libro todos los días.
Tal vez, ese Ser humano de sexo femenino, que no descansa hasta que logra eso que tiene en mente.
O quizás soy un poco, esa pasión que me envuelve como una ola, impulsándome a buscar mecanismos para ayudar a los demás.
Soy la niña juguetona, la joven apasionadamente erótica, soy la adulta responsable cumplidora de deberes y soy al mismo tiempo la anciana, que calmadamente analiza hasta la fecha, la sabiduría adquirida con las vivencias. ¿Qué opinas?
Hay algo que si tengo muy claro, mientras tenga vida, estoy segura que aún tengo mucho por hacer, por ayudar, por escribir para compartir; entonces pienso, ¡atrévete!.
Todo lo que escribo es una invitación, no a seguirme a mí, sería muy pretencioso de mi parte, es una invitación a que igual que yo, encuentres tu propio método, para descubrir quién eres, tu mejor versión, aceptando todo el potencial que tienes dentro.
Por eso te extiendo la invitación: ¡Atrévete!,
Encuentra una forma, que te permita auto conocerte, este paso ha sido indispensable para mí, para intentar definirme.
Me ha llevado a aceptarme, valorando todo lo que bueno, que llevo dentro.
No es un propósito fácil, los más duros obstáculos también están adentro…
… Porque desafortunadamente, lo que más nos enseñaron fue a negarnos a nosotros mismos y a tener miedo.
Fiel a mí propósito, como un método de ayuda para el proceso de auto conocimiento, te comparto este cuento:
EL SECRETO DEL REY
En el antiguo reino de Ezra vivía un joven humilde llamado Yuan, el rey que allí gobernaba era el monarca más rico de toda la tierra, y en su reino siempre había abundancia, justicia y prosperidad para todos.
Un día, Yuan se preguntó cuál sería el secreto de su rey para haber podido acumular tanta riqueza.
Decide preguntarle a su madre, ella le cuenta que cuando el rey era un joven humilde, una vez se encontró con un sabio anciano que pasaba por el pueblo en donde él vivía, a quien le preguntó: Usted que ha recorrido toda la tierra puede decirme ¿cuál es el tesoro más grande que existe?
El sabio le respondió:
«El tesoro más grande que existe es aquel que nunca se puede gastar y _____” y que hasta hoy el rey no le ha contado a nadie el resto del secreto.
Yuan siente que en su interior se despierta un gran interés por averiguar el resto del secreto, y para ello decide pedir una audiencia al rey.
Finalmente logra la cita con el Soberano, Ese día, Yuan llega al palacio con un gran sentimiento de regocijo y admiración.
En el momento que se encuentra ante el monarca, con voz muy baja y temblorosa le expone el motivo de su visita: descubrir el tesoro más grande que existe.
El rey, un hombre justo y sabio, piensa que no es casual que este joven se haya atrevido a preguntarle su secreto, que siempre ha estado a la vista de todos, y nadie lo ha descubierto.
Por lo cual le dice a Yuan que como recompensa por su valor y dedicación le confesara la segunda parte de su secreto. Yuan le confía, que aunque no resiste el deseo de saber la segunda parte, le pediría antes, con todo respeto, que le explique para que sirve un tesoro que no se puede gastar.
El rey añade sonriente que el tiempo se devuelve, ya que él le preguntó lo mismo al anciano, quien le dijo la segunda parte del secreto así:
«El tesoro que puede llegar a ser más grande de todos, es aquel que nunca podrás gastar, porque siempre que lo utilices se crecerá más».
Yuan queda sorprendido y dice que eso es imposible; no obstante, el monarca dice que un tesoro solo puede crecer cuando es útil para los demás, que pueden beneficiarse de él, Yuan comenta que aun así no comprende cómo es posible que no pueda gastarse y que donde podría encontrar un tesoro con esas características. Tu deber, como lo fue antes para mí, dijo el rey, es cumplir con dos tareas en compensación por la segunda parte del secreto que te he confiado:
La primera es encontrar el lugar donde puede residir ese tesoro.
La segunda, que descubras cómo se utiliza.
Entonces sabrás la tercera y última parte del secreto, y se obrará en ti el MILAGRO que una vez se obró en mí.
Triste por el requerimiento impuesto por el rey, Yuan permanece varios días buscando los lugares donde se guardaban los antiguos tesoros, las joyas y el oro de los adinerados. Pensaba que observando esos lugares encontraría alguna clave que lo condujera a ese gran tesoro.
Aburrido de realizar tantas actividades sin encontrar el resultado esperado, Yuan permanece reflexivo y silencioso durante algún tiempo, al cabo del cual observó que la fuerza que lo impulsaba a seguir la búsqueda había aumentado y provenía de un lugar a donde nunca antes había mirado, entonces pensó: si mi fuerza, comprensión, cualidades y valores están en mí, y cada vez que las utilice crecen más, nunca las podré gastar.
En ese momento Yuan comprendió que se había encontrado a sí mismo, y se preguntó ¿cuál sería la mejor manera de utilizar lo que acabo de encontrar?
Estaba soleado el día en que Yuan regresó a donde su rey.
Después del saludo de rigor le dice que aburrido de buscar sin éxito en diferentes lugares, observé que nunca había mirado dentro de mí, y allí encontré el tesoro que nunca se puede gastar.
Además me di cuenta que existe solo una manera de utilizarlo:
Diariamente aprender a expresar el amor, a través del servicio.
Con esto comprendí cuál era la tercera parte del secreto de su majestad.
Pasado el tiempo Yuan llegó a ser rey, y se dice que nunca antes un rey había sido tan rico y feliz para siempre.
ENTREGANDO SIEMPRE LO MEJOR DE MÍ MISMO EN TODAS LAS FUNCIONES CON LAS QUE ME HE COMPROMETIDO DENTRO DEL REINO.
Fragmento “Tú eres lo mejor de ti mismo” Gerardo Schmedling Torres