“Lo que me gusta de ella, son esos hoyuelos que al momento de sonreír, iluminan su carita linda.”– JJPérezM
Cuándo mis ojos se cruzaron con los suyos, el fuego del amor incendió mi vida, prendiendo una llama que no hay forma que se apague.
Ni la muerte, cuando llegue a arrebatar mi aliento de vida, puede con su frío manto, apagar el fuego de su amor en mi alma.
Al levantarme la pienso, al dormir la sueño, mi alma anhela su felicidad permanente, a sabiendas que su felicidad depende solo de ella.
Sé que al amanecer, no soy su primer pensamiento, ni el último de la noche, me hace feliz, saber que en algún momento de su día, me piensa.
Ella con su piel trigueña, su cabello rizado y sus ojeras permanentes, llena mi vida de alegrías, sin que lo note siquiera.
No sabe, que solo con imaginarla, me enamoré de ella.
Llegó de repente, manifestándose como un milagro, su presencia llenó mi vida por completo.
Yo creía que no necesitaba nada, pero ella con su llegada transformó mi mundo, aquí estoy a merced de ella.
Su voz es melodía a mis oídos, el sonido de su risa es mi sonido favorito, más que cualquier canción de cuna o que el sonido de un vallenato enamorado.
Más que cualquier canción romántica, el sonido de su risa me alegra el día.
Aunque comprendo que es imposible, cumpliría cada uno de sus sueños, tan cliché cómo suena, le bajaría la luna y las estrellas, si eso me pidiera.
No sabe, que antes de verla me enamoré de ella.
A veces pienso, que nunca va a entender lo importante que es en mi vida, a sabiendas que su vida no me pertenece.
La miro sonreír de lejos, observo como decide vivir su vida, su seguridad y encanto, no tiene miedo a equivocarse.
Porque sabe, que su vida es solo de ella, y es más libre que el viento.
Aunque no me vea, sabe que siempre estoy presente.
No hay duda alguna, me enamoré de ella.
Ella no comprende que si llora, sus lágrimas inundan mi mundo, no encuentro ningún salvavidas.
Acaso no sabe que si sufre, me hieren cientos de dardos que causan un dolor inimaginable, llenando mi alma y mis ojos de llanto.
Nada para mí, justifica sus lágrimas.
Sé que no puedo esfumar de su vida, el sufrimiento, pero haría lo que fuera porque no sufriera.
Esto que siento es serio, me enamoré de ella.
Pienso en su cuerpo, en sus manos, en su sonrisa, en sus vivencias, en su voz, en sus pasos, nada nunca reemplaza su presencia.
Saber que respira, que sonríe, que está viva, hace que mis días tengan mucho más sentido.
Ella no se lo cree, y hasta algunas veces parece duda de mis sentimientos, como si decidiera ignorar lo que su amor, significa para mi vida.
No comprende que antes de conocerla, me enamoré de ella.
Su alegría es mi alegría, sus sueños son mis sueños, nada antes ni después ha tenido ni tiene, tanta importancia en mi vida.
Gracias a Dios, por haber iluminado con su presencia la vida mía.
Cuándo abandone este mundo, me iré más que agradecida por este regalo que me dio la vida.
Termino este artículo íntimo y personal, compartiéndote una descripción de la identidad de mi amor más bello:
“Ella es intrépida, de carácter fuerte, decidida, tenaz y enérgica. Cuando tiene que tomar decisiones pasa a la acción con facilidad.
Si se requiere, asume las confrontaciones de frente, sin rodeos
Quien en ella confía, ha encontrado una firme aliada y una amiga leal e incondicional para toda la vida.
Protectora de los que ama, tierna y amorosa, de quien se le antoja.
De mente brillante, extraordinaria capacidad de aprendizaje, que sabe compartir a la perfección.
Excelente oradora, en una exposición o disertación es capaz de mantener a su público interesado fijamente en el tema.
Libre, soñadora, sensible, siempre en búsqueda de aventuras, de viajes a diferentes lugares del planeta.
Ávida de fotografiar momentos inolvidables de las personas o de la naturaleza, que le permiten conectarse con el universo.
Disfruta de los placeres generados por los dulces, la comida y el descanso, sin que esto la preocupe.
Psicóloga y filosofa por naturaleza, analítica, pero con una capacidad de expresión sin tapujos.
Dedicada y responsable, cumplidora de los deberes contraídos.
Es Daniela Reyes, quien me hizo el honor de elegirme como su madre, en esta oportunidad que Dios nos regaló a las dos.
No pude haber sido más afortunada.
Ella igual que yo, está convencida que el proyecto Atreveix es un éxito, porque su propósito es compartir la luz que a todos nos habita, dándonos la mano con solidaridad con el fin de orientar a quien lo quiera, para encontrar lo mejor de cada uno adentro, utilizando como herramienta, el autoconocimiento.
Hija, gracias por darme tu mano, en este proceso mutuo de aprendizaje.”
Doris Martínez