«El parto es más admirable que la conquista, más sorprendente que la defensa propia, y tan valiente como cualquiera de ellos».   Gloria Steinem

El Milagro de la Maternidad

El acto de dar a luz, ya sea de manera natural o mediante cesárea, va más allá de un simple evento físico. Es un acto de valor y amor inigualable, donde el cuerpo de una mujer se transforma para recibir a una nueva vida en el mundo. Desde los dolores hasta las lágrimas de alegría, el parto es un testimonio de la fuerza y la resiliencia femeninas.

No solo me estoy refiriendo a ese extraordinario momento en que nuestra vagina se ensancha, para permitir a un nuevo ser, salir al mundo.

Ni tampoco, solo estoy pensando, en ese estremecedor momento en que un bisturí, corta la piel del vientre para permitir a un nuevo ser, llegar a este mundo.

La maternidad en un sentido amplio

La esencia de la maternidad trasciende los límites del vínculo biológico. Si bien el acto de dar a luz es un momento sagrado y transformador, el amor y el cuidado de una madre se extienden mucho más allá de la conexión genética.

Me refiero a que también parimos ideas, métodos, mecanismos, con el fin de mejorar y embellecer nuestro entorno familiar o laboral, con el amor que nos caracteriza.

Las mujeres parimos, nos enamoramos de sobrinos, ahijados, hermanos, primos, entre otros, y nuestro amor los cubre y protege, como si les hubiéramos dado la vida.

También adoptamos niños nacidos del amor de nuestro corazón, son criados y amados, como aquellos que son paridos. ¿Lo has vivido?

Las mujeres, tenemos un cuerpo físico extraordinario, que se estira y se contrae, como si fuera de caucho, nos eligió Dios para procrear y dar vida.

El parto físico: más que un momento

He visto en una serie, en la que muestran con total claridad, el parto a través de la vagina, sin quitar la parte biológica de la sangre, los dolores, el sudor, los gritos, el corte del cordón umbilical, considero es un momento sublime. ¿Qué opinas?

Ese momento en el que el bebé toma ese sorbo de aire, y grita llorando, diciendo ¡aquí estoy vida!, me hace sentir  muy orgullosa, pensando ¡las mujeres parimos!

Y como describir lo vívido, cuándo por los motivos que dispuso la vida, me tocó vivir una cesárea.

Puedo asegurar que ni el control que hace el anestesiólogo, ni la pericia del mejor ginecólogo, logró calmar la ansiedad que me generó, el frio del bisturí cortando mi vientre, mientras que los olores de los antisépticos inundaban el ambiente, solo podía preguntar ¿está viva mi hija?

Y recuperarse de una herida en el vientre o cesárea, y al mismo tiempo aprender cómo se mantiene vivo un recién nacido, es una tarea de seres, extraordinarios,  ¿lo has vivido?, por eso orgullosa digo, ¡las mujeres parimos!.

Adentro en nuestro cuerpo, tenemos órganos que no vemos, sabemos que funcionan, me refiero a los ovarios, a las trompas de Falopio, a la matriz (útero), y la forma con se unen con la vagina.

Es claro que somos un milagro de la naturaleza, biológicamente hemos sido diseñadas para que en nuestras entrañas, gracias a procesos extraordinariamente milagrosos se genere la vida, ¡las mujeres parimos!.   

Educando a los Niños sobre la Maternidad

Es hora de rasgar el velo de las mentiras que han rodeado el tema de la maternidad durante demasiado tiempo. Creo firmemente que llega un momento en la vida de un niño en el que debemos revelar la verdad, no solo sobre cómo han sido concebidos, sino también sobre cómo llegaron al mundo. Es importante que los niños comprendan que las mujeres parimos.

Es una buena forma, de comprender lo vulnerables que somos, pero también de valorar, el regalo que Dios nos otorgó a todos los seres, a través de la mujer.

Lo mágico y milagroso que resulta, que las mujeres arriesgamos nuestra vida, para generar nueva vida, que  estamos hechas del amor más puro, ¡las mujeres parimos!.

Tal vez, esta comprensión, nos lleve de una vez por todas como sociedad, a disminuir todo tipo de violencia contra las mujeres.

Pienso que si cada uno nos damos a la tarea, de analizar la vulnerabilidad, pero también la fuerza, que tenemos las mujeres en nuestro ser, en nuestra biología, para generar desde el amor la vida, nos ayude a gestar cambios profundos en la sociedad. ¿Tú qué opinas?

Te comparto la importancia de este tema en diferentes culturas:

Madres Mitológicas

Son responsables de crear todo lo que existe o de engendrar a los dioses que lo crearon todo. Las diosas madres son el símbolo de la fertilidad y de la vida; en todas las cosmogonías nos encontramos con una madre creadora.

Gea. Diosa griega. Es la Tierra, concebida como elemento primordial del que surgieron las razas divinas. Engendró sin intervención masculina al Cielo (Urano), a las montañas, a los seis Titanes, a las seis Titánides, a los Cíclopes y a los Hecatonquiros. Según la Teogonía de Hesíodo, de la unión de los hijos de Gea y Urano, nacieron todas las demás deidades y criaturas mitológicas.

Isis. Diosa egipcia. Llamada también «»La gran diosa madre»» y «»Fuerza fecundadora de la naturaleza»». Es la diosa de la maternidad y protectora de las madres, de los niños y de la familia en general, también se le considera como la que instituyó el matrimonio. Recuperó el cuerpo despedazado de su pareja, Osiris, asesinado por su hermano Seth. Cuidó del niño Horus, hasta que pudo enfrentar a Seth.

Coatlicue. Diosa mexica. En náhuatl significa «»la de la falda de serpientes»». Es la madre de todos los dioses. El mito cuenta que quedó embarazada por una pluma que la fecundó mientras barría, lo cual ofendió a todos sus demás hijos, ya que una diosa sólo podía concebir hijos con otros dioses. Su hija, la diosa Coyolxauhqui, alentó a sus hermanos para matar a su deshonrada madre, pero en ese momento nació Huitzilopochtli, quien defendió a Coatlicue y asesinó a sus hermanos (se convirtieron en la luna y las estrellas).

Ixchel. Diosa maya. Es la diosa de la fecundidad, del parto y de la salud. También representa la luna, y para los mayas, tenía cuatro dimensiones: acuática, agraria, humana y celeste. Se dice que en cada Fuego Nuevo la diosa Ixchel renace y permite a las doncellas enamorarse y dar como fruto de ese amor un hijo.

Mama Quilla. Diosa inca. Considerada como la madre del cielo, representada por la luna. Era esposa y hermana del dios Inti, que tenían igualdad en la corte celestial. Era la guardiana y protectora de todas las manifestaciones y aspectos femeninos del universo quechua. Les otorgaba  a las mujeres, los secretos de la belleza, la magia y el encanto.

Tiamat. Diosa babilónica. Es la diosa del caos y de la creación. Es representada con el mar, el agua salada y su pareja es Apsu, el agua dulce. Juntos concibieron a los dioses y a los animales. De sus lágrimas nacieron los ríos Tigris y Eúfrates, dentro de las cuales florecieron todas las civilizaciones de la región de Mesopotamia.

Takutzi Nakawe. Diosa huichol. «»Nuestra Abuela Carne Vieja»» es considerada la madre de todos los dioses y de la vegetación. Se dice que ella salvó a la humanidad de diluvio universal y que con su balsa, creó el lago de Chapala. En cuanto a la creación de la vegetación, cuenta el mito que dejó de cantar y se dedicó a beber nawá (cerveza de maíz) y consumir kieri (una planta alucinógena) y por ello fue asesinada. De sus restos nacieron las plantas y los animales.

Yemaya. Diosa yoruba. Era adorada en el oeste de África, considerada como la madre de todos los hijos en la tierra. Es fuente de vida, fertilidad y maternidad. Es dueña de las aguas y del mar, que son fuente de vida. Su herramienta es una especie de «»sopera»» donde guarda remos, barcos, peces, corales, sol, conchas, corona y todo lo relativo al mar.

http://wikimexico.com/index.php/articulo/madres-mitologicas

 



    Únete a Nuestra Comunidad y Sé Parte del Cambio

    Formar parte de una comunidad comprometida con el empoderamiento de las mujeres

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

    Abrir chat
    Hola
    ¿En qué podemos ayudarte?