“Exigimos lealtad de los desconocidos, ignorando que ésta inicia con la consideración y el respeto a los conocidos.” Doris Martínez

Todas los seres humanos sin importar su identidad sexual, estamos expuestos a sufrir tiranía, acoso y violencia psicológica, solo que él % porcentaje de mujeres expuestas a ellas, está demostrado con estadísticas es mayor.

Lo más triste de la situación es que la mayoría de las mujeres viven y permiten la tiranía, el acoso y la violencia psicológica en silencio, porque ésta por lo general proviene de los seres más cercanos, más queridos, más amados.

Para ejemplo de esto, te comparto la siguiente historia real:

Idiota, estúpida, mensa, tonta, no haces nada bien, imbécil, apártate de mí vista, no me molestes.

Solo sabes opinar y meterte en mi vida, sin que te lo pida, respétame y desaparece donde no tenga que verte.

No me toques, acaso no ves bien para conseguirte una cita con el optómetra, fíjate por donde caminas, mongólica.

Ridícula nunca sabes nada, mal parida, desgraciada no te metas en mi vida.

En la primera oportunidad me esfumo de aquí, para no tener que seguir viéndote la cara de …

Por eso mi papá te dejó, por boba, porque nunca sabes ni entiendes nada.

Estas palabras y frases ofensivas e hirientes, con todos los signos de exclamación que pueden existir, con empujones algunas veces o con saña en otras oportunidades.

Me cuenta Lina, son las que su hija le grita a la menor provocación.

Cada vez que ella intenta pedirle que haga alguna actividad en el hogar, como:

  • Recoger su ropa limpia una vez que se ha secado.
  • Lavar el plato dónde ha cenado.
  • Que vaya a comprar algo para el desayuno al súper mercado.
  • Cuando le pregunta por cómo van sus cosas en la universidad, o 
  • Porque llegó pasada las 10:00 pm alguna noche.

En muchas oportunidades se queda en silencio, ante tal grado de violencia, para no iniciar una guerra verbal mutua de más ofensas, y evitar la vergüenza con los vecinos del piso de abajo.

Que en más de una oportunidad, le han preguntado que le sucede a su hija, que a menudo tiene una expresión de desagrado en su cara, parece estar siempre enojada.

Ella se queda en silencio, avergonzada, sin palabras.

A su hija no se atreve a decirle nada, porque muy en su interior teme que un día cualquiera las situaciones se salgan de control y llegue a agredir físicamente, es lo único que falta.

Llorando me pregunta repetidamente ¿en que se equivocó?.

Me dice entre sollozos que ella en muchas oportunidades se siente culpable por el abandono de su esposo.

A sabiendas que tuvo que aguantar mucho tiempo infidelidades, malos tratos y aceptar  irresponsabilidades, pensando en el bienestar de su hija.

Después que su esposo finalmente las abandonó, le toco buscar trabajo para poder mantenerse, sostener los gastos de la casa y los estudios de la niña, mientras salía el dinero del embargo.

Su hija tenía cerca de los 9 años, pero le tocó quedarse sola en casa, mientras ella se iba a trabajar.

Ella sola la vio crecer, sana, bonita, con su cara de princesa de rasgos casi perfectos,  alta, esbelta, de ojos tan azules y cristalinos como el cielo, ahora que se había hecho mujer.

Su cabello rubio medio le cae en graciosas ondas en la espalda, en el que el viento juguetea despreocupado y en el que el sol se ve hermosamente reflejado.

No hay nadie que cuando pase o a dónde llegue, que deje de mirarle, es tan atractiva físicamente, ahora que se acerca a los 20 años.

Lina sufre en silencio, siente tristeza porque a su hija le costó mucho aceptar la ausencia de su padre.

Es cierto, me dice ella, que no he tenido riquezas para su crianza, pero me he esmerado en el trabajo para que de lo básico no le falte nada.

Cuando llega del trabajo, por muy cansada que se encuentre, llega a limpiar la casa y preparar la comida, porque su hija, ocupada con los estudios, no tiene tiempo para ayudar mucho.

Ha cubierto todos sus estudios en una universidad privada, porque la licenciatura que cursa no la había en la pública, para eso trabaja horas extras, domingos y festivos.

De sus estudios no tiene queja, porque se ha esmerado siempre, ocupando los primeros lugares en sus clases.

Sin embargo, se siente responsable, porque por la ausencia del padre, no le hacía caso a sus rabietas y pataletas, pensaba que eran pasajeras, que eran por su sufrimiento, por la soledad obligada.

Hoy piensa que se equivocó en su crianza, porque por sobreprotegerla, le permitió demasiado. 

No logra comprender en que momento, se convirtió su hija a quien tanto ama, en su enemiga.

¿Cómo puede corregir su error?, ¿Aún estoy a tiempo?, me pregunta.

Yo solo escucho sus quejas, llantos y lamentos, pero no tengo respuestas claras para sus preguntas y cuestionamientos. No sé cómo ayudarla.  

Me dice que de manera incesante se hace las siguientes preguntas:

¿En qué momento de nuestras vidas el amor con su estela de adoración se convierte en aversión?

¿Cómo podemos saber cuándo la tolerancia se convierte en tiranía?

¿Mi hija es una tirana, me está acosando y se convirtió en enemiga?

Tú, ¿Qué le dirías a Lina?

Con el fin de profundizar más en el tema, te comparto el siguiente link:

https://lamenteesmaravillosa.com/acoso-familiar/?utm_medium=org&utm_campaign=repost&utm_source=mcfb&utm_content=mc_731934&fbclid=IwAR0yrLpzWunbnCEec7tU-lueLVAYlS6MS2Mf5MIgrSY-q5Tayxb8G6JaWww

Para analizar te comparto el siguiente texto:

Compasión Idiota por Pema Chödron

Pema Chödron: Compasión idiota es una gran expresión, que fue acuñada originalmente por Trungpa Rimpoche. Se refiere a algo que hacemos mucho y llamamos compasión.

En alguna manera es lo que se conoce como ser permisivo. Es la tendencia general a darle a la gente lo que ellos quieren porque no puedes tolerar verlos sufrir. Básicamente, no les estás dando lo que necesitan. Estás tratando de huir de la sensación de ”no puedo verlos sufrir”. En otras palabras, lo estás haciendo para ti, no para ellos.

Cuando ves claramente, el fijar límites apropiados y todo eso, sabes que si alguien es violento y demuestra violencia hacia ti—usando esto como ejemplo—lo compasivo no es dejar que eso pase, permitiendo que alguien pueda seguir alimentando su violencia y agresión. 

Así es que por supuesto que se van a revolver y también se enfadarán mucho. Y por supuesto, se te va hacer muy difícil seguir el proceso de dejar la situación. 

Pero eso es lo compasivo.

Es lo compasivo para ti, también.

Porque tú eres parte de esa dinámica, antes siempre te quedabas. 

Y ahora vas hacer una cosa que te asusta, muy distinta, que te deja sin piso. 

Pero es lo más compasivo para ti, en vez de quedarte en una relación degradante, destructiva y abusiva.

Y es lo más compasivo para ellos también. 

Ciertamente no te darán gracias, y ciertamente no quedarán contentos. Pasarán por mucho. Pero si va haber oportunidad de que ellos despierten o que trabajen sobre su lado del problema; su comportamiento abusivo o lo que sea, esta es la única oportunidad; que tu actualmente pongas un límite y salgas de allí.

Conocemos muchas historias de personas que han tocado este fondo, donde los que ellos aman han dejado de darles compasión equivocada y simplemente se han ido. 

Eso a veces despierta a una persona, y empiezan a hacer lo que necesitan hacer para cambiar.

Traducción Revisada de “Compasión Idiota”.
Original “Idiot Compassion”

https://shambhala.cl/2008/10/10/compasion-idiota-por-pema-chodron/

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