Dios en su infinita misericordia, me ha mandado a este mundo con un poder increíble, que tiene cada una de sus creaciones, y que por lo general no sabemos utilizar.
El poder de elegir cambiar mi pensar, mi sentir.
Desde que logre comprender y aceptar este Poder… cada día elijo vivir con alegría. Aun si el calor agobia mi cuerpo y lo hace sudar. Aunque el frio queme mis manos y me haga temblar.
Muchas veces cotidianamente me veo enfrentada a situaciones que se salen de mi control, que me sorprenden, algunas veces me agobian, porque no comprendo a veces el comportamiento humano, aún así elijo vivir con alegría.
Mi sonrisa y alegría siempre están a la orden del día, dando la bienvenida a cada amanecer, a cada anochecer.
Algunas veces comprendo que me equivoco en las decisiones que tomo, aún así me sonrío a mi misma y me digo, ¡tú lo elegiste!, ¡tú lo vives!
Me rindo al poder de la alegría, más allá de mi ignorancia, más allá del miedo, aquí y ahora, elijo vivir con alegría y de paso te invito a sonreír.