Reflexiones de Domingo. – Enamorarse.
“Creemos erróneamente que nos enamoramos de otra persona.
Lo que realmente sucede en nuestro inconsciente es que nos reflejamos en otra persona.
Por eso, mi propuesta de hoy es reflexionar sobre el amor a uno mismo.
Amarme a mí mismo me permitió amar incondicionalmente a todo lo que existe.
Si, hasta las mierdas que viven en mí.
Todo lo que sucede en tu vida es un reflejo que necesitas descifrar para aprender la lección que tiene oculta y, como un regalo envuelto en un feo paquete, al abrirlo, desvela el más bello obsequio que la vida te tenía preparado para ti
Solo dedícate a amarte a ti mismo y a amarte en los demás.
Me amo en ti, y celebro que estés leyendo estas líneas.
Me amo, te amo y nos amo.
Solo desde el amor se puede alcanzar todo lo maravilloso, magnífico y mágico que tiene la vida.” – Diego Delboy /Desarrollo personal y Liderazgo Armónico
“Enamorarte de ti mismo, es el gran secreto de la felicidad.” – Anónimo.
Mateo 22: 37 – 39 “Amarás a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”
El cumplimiento de la Ley y los Profetas según indica las Sagradas Escrituras en el Nuevo Testamento están resumidas en estos dos (2) mandamientos:
Los mandamientos del amor.
Sin embargo la frase “como a ti mismo” que implica el mandamiento del amor propio o amarse a uno mismo.
Concluyo que la mayoría de las personas que he conocido a lo largo de la historia de mi vida, incluyéndome en este análisis, no tienen claro el significado.
Observo que muchas veces sin darse cuenta mueren de hambre, de amor, tanto que nada es suficiente para llenar el vacío de una persona que no se ama a sí misma.
Es que en mi caso, me enseñaron perfectamente a amar a Dios, a mis padres, hermanos, abuelos, tíos, primos, familiares, entre otros.
Al empezar el proceso de relaciones en la escuela aprendí a amar a mis amigos, a mis profesores.
En el barrio con las relaciones amistosas, aprendí a amar a mis vecinos; posteriormente en la etapa del enamoramiento aprendí a amar con amor romántico.
En la etapa maternal, amé y he amado a mi hija cada segundo de mi vida.
En el ambiente laboral aprendí a amar a mis compañeros de trabajo.
En la etapa de tía, también se ha manifestado el amor a mis sobrinos.
Pero nunca en casa, en el colegio, en la universidad, luego en el área laboral, hubo una clase, instrucción o capacitación clara, descriptiva y precisa, de:
“Ámate a ti misma” y para hacerlo estas son las instrucciones.
Nada, no hubo nada, durante muchos años de mi vida no hubo claridad sobre la importancia de amarme a mí misma antes que a todos y a todo.
Hoy pasando los cincuenta años, sonrío al pensar cuanto tiempo sin mirarme al espejo y decirme:
“¡Te amo!”
Ahora que he comprendido la importancia de aceptarse y amarse, pienso que se debería enseñar a los niños a la par que caminar, hablar, comer.
En la casa, papá y mamá si no se aman así mismos, al tener un hijo tienen que aprender a amarse, para que puedan enseñar y guiar desde pequeños a los niños a amarse.
Aceptarse con sus particularidades, con sus lunares, con su cabello, con su color de piel, posteriormente con su estatura, con su forma de ser.
Es indispensable, es necesario desde edad temprana pienso yo aprender a amarse uno tal cual es.
Eso lleva a una paz interior y a la claridad mental que hoy tengo, al entender que soy la única persona que va a estar conmigo hasta mi último suspiro.
Por eso cada día aprendo a ser más amable conmigo misma, me alimento mejor, digo frases cariñosas a mi cuerpo, soy más tolerante conmigo misma.
Insisto en sonreírme ante el espejo, celebro mis pequeños triunfos, dedico tiempo a observarme para resaltar las cualidades que ahora sé que tengo.
Ahora ya no permito que ningún comentario por bien intencionado que parezca, me haga sentir incomoda conmigo misma.
He aprendido de los demás cuando las críticas son constructivas, estas como aportes para ser mejor ser humano, son bienvenidas, del resto sin ignoradas.
En la medida que he ido aprendiendo a amarme profundamente, a valorar el ser humano que soy, he diseñado un filtro mental para decidir que dejo entrar a mi mente y a mí corazón, y que no.
Hoy que me siento digna del amor más bello, más puro, más suave, más cálido, comprendo que no puedo volver el tiempo que desperdicie sin amarme.
Ahora que soy dueña de mis pensamientos, de mis convicciones, del amor que me merezco, entonces elijo priorizarme, hacer lo que me gusta, lo que me hace sentir bien, eso aplica para la mayoría de las actividades diarias.
Es una experiencia maravillosa, que te recomiendo experimentar, la vida cambia completamente, cuando descubres lo hermoso que es amarse uno mismo.
No hay curas milagrosas, el amor propio he aprendido que se cultiva día a día, con disciplina y dedicación a través de una relación amable, amistosa y amorosa conmigo misma.
Concentrándome en mis valores, en mis fortalezas, adquiriendo nuevas habilidades y destrezas, manejando las emociones, convirtiéndome en mi propia animadora interna.
Ahora que he aprendido a amarme, también he entendido mi valor, ya sé que la medida que utilizo para amarme, es exactamente igual a la que utilizan los demás para amarme.
Eso que siempre había buscado, ahora sé que está a una mirada del espejo.
Para analizar el tema te dejo esta reflexión, a mí me ha servido mucho por eso lo comparto contigo también:
¡El titiritero!
Cuando la gente está carente de amor, cuando no se quiere lo suficiente, cuando no se cree merecedora de cosas bonitas, se vuelve un títere emocional.
Cuando la gente no se respeta, vive con quien ya no quiere vivir.
Cuando la gente no se quiere, permite que le levanten la voz.
Cuando la gente no tiene dignidad, justifica un engaño.
Cuando la gente no se ama, permite los golpes.
Cuando la gente no respeta su cuerpo, termina por entregarlo a cualquiera.
Las personas carentes de amor propio, son personas que quizá desde pequeños han tenido la infortuna de no ser amados de la forma correcta, y es ahí cuando llega el titiritero a hacer lo suyo, comienza a colocar habilidosamente sus hilos con cada vez que te da escasamente ese trato que te hubiese gustado recibir.
Es cuando sucede, te quedas ahí, de forma incondicional en espera de migajas de amor, no puedes ver que mereces más, porque simplemente no sabes lo que es «más».
Una persona que vive en estado permanente de vulnerabilidad, se convierte en presa fácil de los titiriteros emocionales, que entre chantajes y palabras bonitas, disfrazan un maltrato psicológico, abusando de las carencias emocionales de estas personas, los mueven tal cual títeres, bajo el argumento de «es por tu bien».
Pero lo único que está haciendo bien es acabar con el poquito amor propio que pueda existir en su títere.
Llega a ser tan perfecta la habilidad de un titiritero emocional, que en lugar de verlo como lo que es, lo idolatras y lo admiras, tu inseguridad es su mejor aliada y te tendrán emocionalmente atada.
Ni siquiera en tus espasmos de lucidez, serás capaz de verlo como lo que es.
Eres tú la única persona que puede cortarle los hilos a la marioneta; cuando sepas lo que vales.
Cuando te convenzas que SÍ mereces un universo, de cosas buenas y bellas, nunca más volverás a permitir un trato de segunda. – Autor: Desconocido
Fuentes:
https://www.linkedin.com/in/jorgeindacoachdeempleo/recent-activity/all/