Un día el viejo burro de un campesino cayó en un pozo. 

El animal, asustado, rebuzno fuertemente durante horas mientras el campesino trataba de averiguar qué podía hacer.

Finalmente, el campesino pensó que el animal era ya demasiado mayor para darle un servicio útil y, además, el pozo estaba seco y necesitaba ser tapado de todas formas, por lo que realmente no valía la pena sacar al burro.

Entonces reunió a unos vecinos para que le ayudaran. Todos cogieron las palas y empezaron a echar tierra para cubrir el pozo con el burro dentro.

El burro, en el fondo del hoyo empezó a darse cuenta de lo que estaba pasando, sintió un intenso miedo al percibir la cercanía de la muerte y rebuznó aún más desconsolado. 

Poco después, para sorpresa de todos, se tranquilizó, asumió su fin y se tumbó dejando que la tierra le cubriera lentamente.

Tras unos minutos de tranquilidad, el burro abrió ampliamente los ojos y sonrió. 

Se incorporó pausadamente y sacudió la tierra que le cubría el lomo y la cabeza. 

A medida que iba cayendo la tierra pudo ir dando pasos hacia arriba que lo acercaban a la deseada libertad.

Pronto, todos vieron sorprendidos cómo el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando con más vitalidad por la pradera. – Autor Desconocido

Esta vieja fábula, la he traído hoy para reflexionar un poco sobre las circunstancias adversas y complejas a las que nos vemos enfrentados en el día a día.

También sobre los mecanismos y formas que el ser humano, puede desarrollar para enfrentarlas, sobreponiéndose a todas y cada una, saliendo fortalecido.

Porque dicen los estudiosos del comportamiento humano, que no hay un ser humano en el planeta que no esté enfrentando alguna y hasta varias situaciones complejas o de incertidumbre, en la actualidad.

¿Cuáles?

Solo por mencionar algunas:

  • Diferencia de opinión en ocasiones insalvables con la pareja.
  • Una enfermedad crónica o terminal.
  • Una enfermedad mental, no aceptada.
  • Un jefe mal tratador.
  • Un salario que no alcanza a cubrir los gastos básicos mensuales.
  • Violencia doméstica de pareja, hijos o familiares.
  • Mal ambiente laboral.
  • Desempleo.
  • Malos resultados académicos de los hijos.
  • Sensación de esclavitud laboral.
  • Miedos incontrolables.
  • Ira o enojo inmanejable.
  • Miedo a perder el trabajo.
  • Desosiego ante los cambios de cada día.
  • Sensación de tristeza permanente.
  • Pérdida de la capacidad de ilusionarse.
  • Percepción de soledad o aislamiento.
  • La pérdida de un ser querido.
  • Indiferencia en las relaciones, ausencia de demostraciones de afecto.

Cualquiera de las anteriores y muchas otras que no alcanzo a describir, son situaciones que pueden hacer tambalear, temblar o inquietar a cualquier persona.

Sin embargo, tomando como ejemplo la fábula del burro, hay que sacudirse la tierra, los miedos, los límites mentales, aprender a respirar, abrir los ojos y tomar la decisión de enfrentar la vida.

Porque el ser humano puede sacar fuerzas insospechadas de su interior, para salir adelante de cualquier situación compleja.

Enfrentar el dolor y el sufrimiento, aprendiendo de ellos y transformándose.

Esta fábula me ha llevado a pensar que en la actualidad más que nunca en la historia de la humanidad, nos vemos enfrentados a entornos, que se han denominado:

VUCA.

En los que la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad, están a la orden del día.

Lo explico con más detalle en el siguiente fragmento de un libro:

Volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad (VUCA: por sus siglas en inglés: volatility, uncertainty, complexity y ambiguity). 

La volatilidad: se refiere a la rapidez de los cambios. 

Nada parece ser estable: los portales de noticias cambian cada pocos segundos para enganchar a los lectores, las tendencias como ropas o lugares de moda pueden modificarse en días, la economía y la bolsa fluctúan en cuestión de horas.

La incertidumbre: pocas cosas son predecibles. 

Los acontecimientos se suceden y uno puede sentirse impactado ante el giro de la situación. 

A pesar de que existen algoritmos para intentar adelantar o prever el futuro, la realidad acaba superando a la ficción. 

La complejidad: se explica porque nuestro mundo está interconectado y el nivel de precisión en todos los campos del saber humano es casi infinitesimal. 

Hasta los más mínimos detalles influyen en el resultado de la vida (el famoso efecto mariposa de la teoría del caos). 

La ambigüedad: conectada con el relativismo, no deja paso a una claridad de ideas. 

Todo puede ser o no ser. 

No existen ideas claras sobre casi ningún aspecto.

Igual que cuenta la fábula del burro, en nuestra vida diaria se nos presentan estos desafíos diarios, únicos, que nos llevan al límite de nuestra existencia.

Para no desfallecer, enloquecer o morir en el intento, necesitamos desarrollar habilidades y capacidades que nos permitan enfrentarlos.

¿Qué necesita desarrollar el ser humano para enfrentar las difíciles situaciones diarias y poder salir adelante en situaciones complejas en entornos VUCA?

𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐛𝐢𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝. La capacidad de ajustar y modificar el comportamiento en respuesta a cambios en el entorno. Ser capaz de evolucionar y responder a las situaciones cambiantes.

𝐀𝐠𝐢𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝. No solo es la capacidad de moverse rápidamente, sino de hacerlo de una manera que sea efectiva y eficiente. 

Esto implica la habilidad de anticiparse a los cambios, reaccionar rápidamente a ellos y aprender de esos ajustes.

𝐀𝐩𝐫𝐞𝐧𝐝𝐢𝐳𝐚𝐣𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐧𝐮𝐨. Lograr una mentalidad de crecimiento. Las habilidades y el conocimiento de ayer pueden no ser relevantes mañana. Es esencial estar siempre aprendiendo y adaptándose a las nuevas realidades.

Cooperación. Es importante trabajar en colaboración, aprovechando la experiencia y las perspectivas de otros para salir adelante con éxito.

𝐑𝐞𝐬𝐢𝐥𝐢𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚: La habilidad de recuperarse rápidamente de contratiempos, adaptarse bien a los cambios y seguir adelante a pesar de las condiciones adversas.

𝐕𝐢𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐜𝐥𝐚𝐫𝐚: En un mundo lleno de incertidumbre, es crucial tener una dirección o propósito claro a dónde dirigirse, que guíe las decisiones y acciones.
Dada la complejidad y ambigüedad de las situaciones, es vital recopilar, interpretar y usar la información adecuada para poder tomar decisiones con base en información veraz.

Al comprender y adoptar estas capacidades y habilidades, se está mejor posicionado para enfrentar los cambios y transformar esos desafíos en oportunidades.

Para finalizar te dejo la siguiente reflexión:

¡Pudo el burro!..¿Qué no puedas tú?

Fuentes:

https://www.psiconet.es/la-fabula-del-burro-y-el-pozo/

https://factorhuma.org/attachments_secure/article/11461/vuca_cast.pdf

Libro: Como Hacer Que Te Pasen Cosas Buenas – Dra. Marian Rojas

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