“Durante una noche, uno de los dos amigos sintió un sobresalto que lo despertó. Sin pensarlo, salió de la cama vistiéndose rápidamente, dirigiéndose con prontitud a la casa del otro. 

Llegó presuroso, tocando la puerta de una manera muy ruidosa. Todos despertaron y los sirvientes sobresaltados se dirigieron a abrir la puerta.

Él entró sin esperar ser invitado. 

Su amigo, dueño de la casa, lo aguardaba, tenía una bolsa que contenía dinero en su mano izquierda y en la derecha, empuñaba una espada. Mirándolo, le dijo:

-Querido amigo: No acostumbras a correr a mitad de la noche sin un motivo. Si estás aquí es porque algo de gravedad te ha traído. 

Si fueron tus deudas de juego, aquí tienes dinero, tómalo. 

Si tuviste algún problema y alguien te persigue para hacerte daño, pelearemos juntos, sabes que estoy para ti.

El amigo visitante sorprendido respondió:

-Agradezco altamente tu gran generosidad, pero ninguno de esos son los motivos de mi visita. 

Dormía plácidamente cuando comencé a soñar que te sentías triste e intranquilo. Estabas muy angustiado y necesitabas que viniera a tu lado. 

Tener esa pesadilla me llenó de preocupación, no sabía si estabas bien o si me necesitabas. Por eso vine a comprobarlo.

Esa es la verdadera amistad. Un amigo acude sin ser llamado cuando piensa que es necesitado. No espera para ofrecer su ayuda.” – Fábula los 2 amigos.

Hoy día está tan de moda hablar de personas Vitaminas, esas que ha demostrado la ciencia que existen, a través de análisis de oxitocina en la sangre.

Que levantan el ánimo, ayudan a recobrar la esperanza, sacan sonrisas y logran las más genuinas carcajadas.

Haciendo que uno se sienta respaldado, acompañado, comprendido, sin importar la distancia.

Esas personas que escuchan sin interrumpir, opinar, comentar ni criticar, que ofrecen su mano amiga y  su compañía.

Sólo con verlas o escucharlas se me alegra la vida, cuyo abrazo me hace sentir tranquila y protegida.

Su tono de voz tiene paz y calma mis oídos, y su sonrisa al mirarla o sentirla tranquiliza mi vida.

Esas personas, son capaces de gestar desde su alma, una de las relaciones más poderosas que existe sobre la faz de la tierra, para mí, se denomina:

AMISTAD

Cuando pienso en la amistad, cómo un divino tesoro, me vienen a la mente tantos nombres a lo largo de la historia de mi vida.

Muchas personas suaves, cálidas y tiernas como el contacto de la piel con los peluches.

Otras dulces, confiadas, risueñas y seguras, impregnando todo con sus risas y ocurrencias.

Algunas audaces, suspicaces, atrevidas y porqué no decirlo, en muchas oportunidades, amargas y otras agridulces.

Han llenado mi vida de colores y matices, de afectos y opiniones, de alegrías y momentos inolvidables.

Personas que me han respaldado y sostenido con la fuerza de una roca, cuando me he sentido tambalear ante los embates de la vida.

Otras que me han empujado, cuando eso era lo que necesitaba, para aprender a no dudar de mi misma.

Muchas con miedos e inseguridades, que me han alertado, sobre los errores cometidos.

Me siento afortunada, porque de la amistad he disfrutado y en mi vida ha permanecido.

Es que la vivencia de la amistad, me ha ayudado a comprender la importancia de la solidaridad, del altruismo y de la empatía.

Me ha hecho comprender en las vivencias, que son las acciones las que nos hacen entender el significado de lealtad, fraternidad, compañerismo, cooperación y confianza.

También que en los momentos grises, tristes y oscuros, es cuando más se necesita una mano amiga.

Es en los momentos de dolor, pérdida y desilusión cuando más se pone a prueba, la amistad.

Es en los días difíciles, que se comprende el valor del silencio en la amistad, tal como lo dice el fragmento del libro de Winnie the Pooh, de A. A. Milne & E. H. Shepard; Traducción por: @pazyfelicidad.org:

“Hoy fue un día difícil”, dijo Pooh.
-Hubo una pausa.
– “¿Quieres hablar de ello?”, preguntó Piglet.
– “No”, dijo Pooh después de un rato. 

“No, creo que no quiero”.
– “Está bien”, dijo Piglet, y vino y se sentó junto a su amigo.
– “¿Qué estás haciendo?”, preguntó Pooh.
– “Nada realmente”, dijo Piglet.
“Solo sé cómo son los días difíciles.
A menudo tampoco tengo ganas de hablar de ello en mis días difíciles.”
Sin embargo, -continuó Piglet:
“Los días difíciles son mucho más fáciles cuando sabes que tienes a alguien ahí para ti. Y yo siempre estaré ahí para ti, Pooh”.
Y mientras Pooh permanecía ahí sentado, dando vueltas en su cabeza acerca de su Día Difícil, el confiable Piglet sentado junto a él en silencio, solo balanceaba sus pequeñas patas…
Pooh pensó que su mejor amigo nunca había tenido más razón como en ese día.

Tal y como dice Proverbios 18: 24

“El hombre que tiene amigos, ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano.”

Más elocuentes que mis palabras es la letra de la canción de Roberto Carlos, amigo que se volvió atemporal:

¨Tú eres mi hermano del alma realmente un amigo.
Que en todo camino y jornada está siempre conmigo.
Aunque eres un hombre aun tienes alma de niño.
Aquel que me da su amistad, su respeto y cariño.

Recuerdo que juntos pasamos muy duros momentos.
Y tú no cambiaste por fuertes que fueran los vientos.
Es tu corazón una casa de puertas abiertas.
Tú eres realmente el más cierto en horas inciertas.

En ciertos momentos difíciles que hay en la vida.
Buscamos a quien nos ayude a encontrar la salida.
Y aquella palabra de fuerza y de fe que me has dado.
Me da la certeza que siempre estuviste a mi lado.

Tú eres mi amigo del alma en toda jornada.
Sonrisa y abrazo festivo a cada llegada.
Me dices verdades tan grandes con frases abiertas.
Tú eres realmente el más cierto de horas inciertas.

No preciso ni decir, todo eso que te digo.
Pero es bueno así sentir que eres tú mi gran amigo.¨

Termino esta nota con una palabras que conmovieron mi alma:

“Gracias por la oportunidad que me dieron en la empresa.

Gracias por cada abrazo en las mañanas (antes del covid).

Gracias por cada llamada, cada mensaje en mis momentos difíciles.

Gracias por sus consejos, por sus enseñanzas.

Porque aunque no lo crea, sus historias, me ayudaron a entender y mejorar mi matrimonio.

Gracias por enseñarme a ver la vida de otra manera, con amor, con alegría.

Gracias también por enseñarnos, que no hay que esperar a que alguien se muera, para expresar lo que sentimos. Gracias”

Amistad, divino tesoro.


Fuentes:

https://www.fabulas-cortas.com/fabula-dos-amigos/

https://www.facebook.com/psicologiaparanadie/photos/a.1729026617220711/3125600667563292/?type=3

https://www.cancioneros.com/letras/cancion/97355/amigo-roberto-carlos#google_vignette

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