“Cumpliendo su mandamiento, me pregunto si en cada paso, cada palabra, cada gesto, cada pensamiento, soy testimonio vivo de su amor.” – Doris Martínez
Mi oración de hoy es solo agradecer.
Por todo lo que hasta ahora.
He vivido sin pensarlo ni pedirlo.
Mi oración de hoy es para agradecer.
Porque sufriste lo inimaginable.
Solo para demostrarme que me amabas.
Mi oración de hoy es para confesar.
Que ese misterio de entregar tu vida.
A cambio de la mía, para mi es inexplicable.
Por eso cada día intento, que mis pensamientos.
Alegres, amables, comprensivos, tranquilos.
Se conviertan en mi oración de hoy.
Y esos momentos, cuándo no me encuentro.
Pensarme importante para ti, tanto.
Que por mi derramaste sangre en esa cruz.
Me hace sentir aliviada, te pido perdón y esa es.
Mi oración de hoy.
Sentir el calor del sol, escuchar el viento.
Mirar la luna, contemplar las flores.
Sonreír siempre, pensar en hacer el bien.
Es mi oración de hoy.
Al abrir los ojos en la mañana.
En ese sublime momento, en el que siento.
El aire llenar mis pulmones.
Respirar se convierte en mi oración de hoy.
Acaso el milagro de estar vivo es mi motivo.
Para mi oración de hoy, no he pedido la vida.
No aspiro a otra vida en la eternidad.
Pero todo el tiempo estoy agradecida.
En este misterio, que es la vida
Creer en tu inagotable amor, es
Mi oración de hoy, sin ninguna duda.
Te agradezco por dejarme vivir el amor.
En cada ser que a mi vida ha llegado.
Mi oración de hoy, es para agradecerte.
Por el sacrificio de tu vida, Jesusito mío.
Gracias por ese regalo tan hermoso.
Lo comprendo cuándo veo la belleza.
En los ojos de cada persona.
Mi oración de hoy, es la fe con la que vivo.
La alegría que me embarga a toda hora.
Porque a cada momento comprendo.
Que el amor lo es todo, tu resurrección
Eso me dijo, eso me enseñó.
Quiero decirte, mirándome a los ojos.
Gracias por enseñarme el amor.
Con tu ejemplo, me has inspirado.
Jesusito de mi corazón.
Mi oración de hoy.
Limpia.
Transparente.
Alegre.
Como la sonrisa de un niño.
Se resumen en una palabra.
GRACIAS.