Al inicio del año la mayoría de los seres humanos se plantean un nuevo propósito, una meta o un objetivo para cumplir.

Sin embargo con el pasar de los días convertidos en semanas y luego en meses, la fuerza de los eventos diarios atrapa física y mentalmente a uno, perdiendo de vista lo previsto o planeado, principalmente cuando sin darnos cuenta entramos en la zona de confort.

¿Qué es la zona de confort?

 Encontré muchas definiciones en la web que lo explican con mucha claridad, te comparto algunas a continuación: 

  • “Es el lugar donde nos sentimos seguros y tenemos el control, hemos aprendido cada rincón y sabemos movernos con seguridad.”

 

  • “Es el estado psicológico en el que una persona se siente tranquila y segura, sin miedos ni ansiedad, en el que mantiene una misma rutina, no asume nuevos retos y, por lo tanto, su desarrollo personal se estanca.”

 

  • “Puede considerarse un estado mental, en el que las personas se sienten satisfechas con su vida actual y, de manera consciente o inconsciente, evitan la auto exigencia y situaciones o proyectos que le generen presión.”

 Diversos autores defienden los beneficios que otorga al ser humano salir de la comodidad de la zona de confort. Para generar cambios trascendentales, lograr metas no alcanzadas y olvidarse de la repetida frase, “más vale malo conocido que bueno por conocer.”Sin embargo esta decisión implica enfrentar la comodidad de la inercia, mirar a los ojos el monstruo del miedo y por si fuera poco aprender a respirar para controlar la lluvia de pensamientos con presagios sombríos y negativos.

Por eso hoy te comparto mis

3 tips para moverte de la zona de confort 

La zona de confort Atreveix

Atrévete:

Significa que hay que correr el riesgo enfrentando el nudo en el estómago de la incertidumbre.

Puede llevarte a cambiar de sitio o ubicación geográfica, lo cual es trascendental, porque hay que enfrentar situaciones complejas como el clima, el idioma, la cultura, se requiere tiempo, paciencia y tolerancia para adaptarse.

Muévete es decir, realiza actividades que no habías contemplado antes, como caminar, montar en bicicleta, ir a un retiro espiritual, inscribirte en una capacitación. 

Leer un libro, escuchar un audio libro, aprender una nueva habilidad, un nuevo idioma.

No te quedes viendo la vida pasar sin correr el riesgo.

Incomódate:

Intenta pensar en una o varias metas, profesionales y personales.

Escríbelas según vienen a tu mente.

Ponles una numeración, para saber darle un orden de importancia.

Ahora piensa en las actividades que tendrías que realizar para lograrlas, ponles fecha de vencimiento para lograrlas.

El solo hecho de pensar en ello te va a generar una incomodidad que no habías sentido antes.

Y si no tienes este hábito, vas a dar muchas vueltas mentales y físicas antes de lograr tomar el lápiz o el bolígrafo para sentarte a escribir.

Pero esta incomodidad te hará pensar en tu vida de una manera diferente, te ayuda a pensar en lo que haces día a día, en porque lo haces y si eso que haces te llevará a dónde quieres ir, en uno, dos y cinco años.

Incomódate, quizás necesites dormir más temprano y despertarte más temprano para generar nuevos hábitos.

Quizás observes que tienes que replantear tus pensamientos y acciones en la rutina diaria que llevas.

Acepta el cambio:

Recuerdo una vieja frase que nos decía el profesor de filosofía en secundaria: “Si no cambias, te cambia el cambio.”

El cambio en la vida es muchas veces un monstruo aterrador con garras que terminan en uñas afiladas y colmillos puntiagudos del que deseamos escapar, porque nos da miedo, terror, parálisis.

Pero tomar la decisión de enfrentarlo, transforma nuestra vida.

Cambiar significa en muchas oportunidades, noches en vela mientras “la loca de la casa” como decía Santa Teresa, no te deja en paz, intentando mostrarte los posibles resultados negativos.

Entonces lo que sigue es respirar lenta, pausada y suavemente para asimilar que necesitas y aceptas el cambio, por ejemplo:
En la forma de alimentarte física y mentalmente.
En las actividades a las que das prioridad diariamente.

Decía un pensador espiritual de apellido Schmedling que la aceptación es lo único que libera el alma del sufrimiento.

En definitiva, salir de la zona de confort no será fácil, sin embargo el resultado o las consecuencias de esta decisión van a depender de:

La voluntad de Dios.
La voluntad propia para encarar las situaciones que se presenten con fe, esperanza, alegría y amor.
El entusiasmo que seas capaz de generar.
Sin duda alguna, el amor propio, porque amarte a ti mismo es el motor propulsor para transformar tu vida para bien.

Para finalizar te comparto el siguiente cuento, que me fascina y que tiene mucho que ver con el riesgo, pero al mismo tiempo la victoria que implica salir de la zona de confort.

LA PUERTA NEGRA

“En un sitio lejano un rey era muy temido por sus súbditos, por lo cruel que era con sus prisioneros de guerra. Ya que nada más capturarlos, los llevaba a una enorme sala y los colocaba en el centro.

Gritándoles con furia, les decía: “os daré una oportunidad de salvar vuestras vidas. Mirad hacia el lado derecho. Ahí están mis soldados, armados con arcos y flechas”. Ante los rostros horrorizados de los cautivos, proseguía: “Ahora, miren hacia la izquierda”. 

Todos obedecían y sus miradas topaban con una enorme puerta negra, rodeada de cadáveres humanos esparcidos por el suelo. 

”Escoged vosotros. O las flechas o la puerta negra”, concluía el monarca. 

La mayoría prefería morir atravesados por flechas. Un final rápido y mucho menos cruel.

La guerra terminó. 

Un día, uno de los soldados del pelotón de arqueros que estaba haciendo guardia ante la enorme puerta, viendo pasar al rey, se atrevió a interrumpirle:

“Señor, discúlpeme. ¿Qué es lo que hay detrás de esa puerta negra?”.

“Ábrela tú mismo y lo verás”, le respondió el rey.

Sin poder controlar el pánico, el guardia abrió con cautela el portón y empezó a entrar una brillantísima luz y un olor a hierba fresca. 

La puerta llevaba a la libertad, pero a todos les asustaba salir de ahí. 

El miedo, la inseguridad, la ansiedad hacen su aparición y se apoderaban de todos.” – Laura García

 

“No hay momento perfecto sin correr riesgo y sin sentir algo de miedo, no hay decisión ni libertad sin responsabilidad, nadie en el planeta escapa a la ley de gravedad.” – Doris Martínez

 

“Salir de su zona de confort. Sólo se puede crecer si usted está dispuesto a sentirse incómodo y molesto al intentar algo nuevo.”  – Brian Tracy

 

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Si decides hacerlo, muchas gracias.

 

Fuentes:
https://welearncoaching.com/zona-de-confort/
https://www.sanarai.com/blog/zona-de-confort-y-como-salir-de-ella
https://rockcontent.com/es/blog/zona-de-confort/
https://www.coachingconlaura.com/salir-de-la-zona-de-confort/

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