«El día que una mujer pueda no amar con su debilidad sino con su fuerza, no escapar de sí misma sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse, ese día el amor será para ella, como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal.»  Simone de Beauvoir

Me gustan las mujeres, esas que con el sudor de su frente, de su vientre y/o  de su fundillo nos han parido.

Esas mujeres, a las que gracias a su inseguridad, hicieron que se inventaran el botox, los sostenes y las cirugías plásticas.

Me gustan las mujeres, esas que no temen mostrar su celulitis y sus estrías, porque ellas demuestran que han engordado y adelgazado, generando vida.

Esas mujeres que se han pintado sonrisas y colores, para salir a trabajar, dejando el alma hecha trizas en casa, para que otras mujeres críen a sus hijos.

Me gustan las mujeres, esas que ni siquiera se maquillan, pero que saben hablar en público, vender por catálogos, brindar asesorías o hacer análisis en un laboratorio, para ganarse la vida.

Esas mujeres que se aman, que se aceptan así mismas, que para dormir en la noche no necesitan medicarse.

Me gustan las mujeres, las que leen, las que investigan, las que escriben, las que oran, las que lloran y se sonrojan.

Esas mujeres que aceptan su grasa de más, que aceptan sus diferencias, su estatura elevada o pequeña, porque saben que allí no está su valía.

Me gustan las mujeres, las que se arriesgan, las que se atreven, que poco a poco han aprendido a levantar la cara y mirar de frente.

Esas mujeres que tienen sexo y lo disfrutan, que han aprendido a explorar su cuerpo, y que no solo se tocan para detectar si cáncer tienen.

Me gustan las mujeres, esas que están seguras que no tiene por qué aguantar malos tratos, golpes o palabras hirientes.

Esas mujeres que no saben cocinar y que no saberlo, no tiene nada que ver con su dignidad.

Me gustan las mujeres, las que tienen miedo, las que nunca cuentan lo que sucede, pero que viven y sienten.

Esas mujeres que no se pintan las uñas, pero si quieren se tatúan las cejas o se ponen pestañas postizas, y disponen de su imagen como quieren.

Me gustan las mujeres, las que creen en el cambio y lo provocan, las que no se quedan con dudas o inquietudes, porque preguntan.

Esas mujeres que se han arriesgado a tirarse de un parapente, a entrar a una cueva oscura o navegar en un rio de aguas profundas.

Me gustan las mujeres, las que son capaces de demandar al amor de su vida, por la alimentación mensual de los hijos, que con tanto amor procrearon.

Esas mujeres que, deciden asumir el rol de mamá, el rol de papá, y aquellas que no quieren tener hijos.

Me gustan las mujeres, esas que físicamente son fuertes, también me gustan las delicadas, las de contextura gruesa y las de contextura delgada.

Esas mujeres que saben que no hay patrón de belleza, que supere la amabilidad de una cara cordial, amable, alegre.

Me gustan las mujeres, las que no lo han pensado dos veces para separarse, cuando se dan cuenta, que con el que conviven se ha convertido en un peligro.

Esas mujeres que para el marido son amigas, amantes y hasta algunas veces hacen rol de mamá, cuando una enfermedad aparece.

Me gustan las mujeres, esas que saben que para aprender tienen que equivocarse, que no sienten pena al reconocerlo.

Esas mujeres que deciden perder la timidez, y decir lo que piensan, expresar lo que sienten.

Me gustan las mujeres, las docentes, las doctoras, las jugadoras de futbol, las enfermeras, las amas de casas, las que día a día investigan métodos de mejoras para la humanidad.

Esas mujeres que son luchadoras de fuerza, y luchadoras con ganas, para sacar adelante sus sueños, sus metas. Las que desfilan en reinados de belleza, o las que usan la del medio, para su remedio.

Me gustan las mujeres, las que dicen sin tapujo cual marca de toalla sanitaria usan, o que método anticonceptivo eligen, o que dicen que tienen la menstruación, sin que esto las escandalice.

Esas que no se esconden para mostrar sus preferencias sexuales, o sus elecciones.

Me gustan las mujeres, las que tienen fe en Dios, las que no tienen dudas, las que saben sin el menor asomo de dudas, que las promesas de Dios, se cumplen en el tiempo perfecto.

Esas mujeres que llevan la palabra de Jesús en el corazón, que no solo predican el evangelio, sino que lo validan con sus actos.

 Me gustan las mujeres, las que denuncian aunque tengan miedo, los malos tratos, esas que se mudan de ciudad, cambian de nombre, poniendo tierra de por medio, para evitar que alguien ose dañar su integridad.

Esas mujeres que le han puesto color a su vida, y han decidido a un VIH sobreponerse, prestando servicios de amor, para servir de ejemplo a otras, y ayudarles a preservar su vida.

Para tenerlo presente una de las tantas Leyes en Colombia a favor de las mujeres:

La Ley 1257 2008, en el capítulo 2, artículo 6, reconoce los siguientes principios:

Artículo 6°. Principios. La interpretación y aplicación de esta ley se hará de conformidad con los siguientes principios:

  1. Igualdad real y efectiva. Corresponde al Estado diseñar, implementar y evaluar políticas públicas para lograr el acceso de las mujeres a los servicios y el cumplimiento real de sus derechos.
  2. Derechos humanos. Los derechos de las mujeres son Derechos Humanos.
  3. Principio de Corresponsabilidad. La sociedad y la Familia son responsables de respetar los derechos de las mujeres y de conbibuir a la eliminación de la violencia contra ellas. El Estado es responsable de prevenir, investigar y sancionar toda forma de violencia contra las mujeres.
  4. Integralidad. La atención a las mujeres víctimas de violencia comprenderá información, prevención, orientación, protección, sanción, reparación y estabilización.
  5. Autonomía El Estado reconoce y protege la independencia de las mujeres para tomar sus propias decisiones sin interferencias indebidas.
  6. Coordinación. Todas las entidades que tengan dentro de sus funciones la atención a las mujeres víctimas de violencia deberán ejercer acciones coordinadas y articuladas con el fin de brindarles una atención integral.
  7. No Discriminación. Todas las mujeres con independencia de sus circunstancias personales, sociales o económicas tales como edad, etnia, orientación sexual, procedencia rural o urbana, religión entre otras, tendrán garantizados los derechos establecidos en esta ley a través una previsión de estándares mínimos en todo el territorio nacional.
  1. Atención Diferenciada. El Estado garantizará la atención a las necesidades y circunstancias específicas de colectivos de mujeres especialmente vulnerables o en riesgo, de tal manera que se asegure su acceso efectivo a los derechos consagrados en la presente ley.

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