“No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desanimes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré.” – Isaías 41: 10

El origen de los miedos

Al nacer, los bebés tienen una comprensión limitada del mundo que los rodea y no poseen experiencias personales previas que les generen miedo. Su principal preocupación es satisfacer sus necesidades básicas, como alimentarse, dormir y sentirse seguros.

Superar el miedo

Sin embargo, a medida que los bebés crecen y comienzan a interactuar con su entorno y las personas que los rodean, comienzan a desarrollar miedos y preocupaciones. Este proceso se ve influenciado por varios factores, incluida la crianza y el entorno social en el que crecen.

Impacto en el Desarrollo Infantil

Desde una edad temprana, los niños están expuestos a una serie de mensajes de miedo que pueden influir significativamente en su percepción del mundo y en su desarrollo emocional. Estos mensajes, a menudo transmitidos con la intención de protegerlos, pueden crear un entorno de ansiedad y temor si no se manejan con cuidado.

  1. Te vas a caer / Te vas a golpear: Desde los primeros intentos de caminar, los niños pueden escuchar advertencias sobre caerse o golpearse. Si bien es importante enseñarles sobre el cuidado al moverse, el exceso de énfasis en estas advertencias puede generar temor a explorar y probar nuevas actividades.
  2. Te vas a enfermar: La preocupación por la salud de los niños es comprensible, pero repetir constantemente la posibilidad de enfermarse puede generar ansiedad y una percepción negativa de su propia resistencia y capacidad para superar enfermedades menores.
  3. Te va a salir el diablo / Te va a llevar la llorona: Estas creencias folclóricas, comunes en algunas culturas, pueden infundir miedo irracional en los niños y dificultar su capacidad para distinguir entre la realidad y la fantasía. Además, pueden alimentar temores nocturnos y afectar el sueño de los niños.
  4. Te van a robar: La preocupación por la seguridad personal es importante, pero enfocarse demasiado en la posibilidad de ser robado puede crear una sensación de paranoia y desconfianza hacia los demás.
  5. Cuidado con la oscuridad / Cuidado con el sereno / Cuidado con la lluvia: Advertencias sobre fenómenos naturales como la oscuridad, el sereno (rocío nocturno) o la lluvia pueden hacer que los niños asocien estos elementos con peligro y malestar, en lugar de apreciar la belleza y la normalidad de la naturaleza.

No obstante que el miedo como mecanismo fisiológico de supervivencia, es nuestro aliado, para evitar cualquier peligro que ponga en riesgo la vida, lo cierto es que sin ser consciente y sin pensarlo, el miedo ha condicionado mi vida desde antes de cualquier recuerdo consciente que pueda tener.

Tanto es así que no encuentro explicación para enfrentar subirme a una pequeña montaña rusa, cuya duración en la actividad no supera los dos minutos.

Reflexiones sobre Nuestra Percepción del Mundo

Cuando lo pienso concienzudamente no logro entender porque el cerebro junto con el resto de órganos condicionado por las creencias acumuladas me hace reaccionar de esta manera.

El caso es que hay miedos que enfrento con mucha facilidad y otros que aún dominan mi vida, sin tener oportunidad de pensarlo, porque se encuentran ocultos en esa parte de mí que llaman subconsciente.

En muchas oportunidades me he cuestionado porque existen mecanismos para guiarnos, enseñarnos o educarnos inclusive en el miedo, mientras que nos toca esforzarnos en aprender a desarrollar fe.

Siendo dos percepciones contrarias, el miedo nos hace temer resultados negativos, mientras la fe nos hace pensar en conseguir resultados positivos.

Parece contradictorio pero hemos desarrollado en la historia de nuestra vida más miedo que fe.

Tenemos más certeza interior que lo que puede suceder es malo (resultados negativos considerados en muchas oportunidades, castigos).

Que casi que nos vemos obligados a pensar con fe (resultados positivos y deseados), nos cuenta creer que podemos conseguir aquello que deseamos o anhelamos.

Dicen los que estudian la espiritualidad que el miedo es la certeza arraigada que lo malo puede suceder.

Mientras que la fe es su hermana flaca y desnutrida.

Hoy me encuentro buscando mecanismos probados para hacer que la fe le gane al miedo, no obstante lo familiarizados que estamos con el miedo y lo fácil que aprendemos a convivir con él.

El miedo también ha sido desde la antigüedad y sigue siendo utilizado para dominar a la humanidad, tal como la historia que te describo a continuación:

EL MIEDO

“Cuando los Vikingos Invadieron Francia en el 845, derrotaron con facilidad a todas las tropas que les envió el Rey Luis. Pero algunos estrategas y conocedores del arte de la guerra se preguntaban
¿Cómo? Si el ejército del Rey tenía una ventaja de 10 a 1…
Sin embargo, entre los Francos corrió el mito que los Vikingos no conocían el miedo.
Claro que conocemos el miedo, dijo Ragnar, solo que no lo fomentamos.
El miedo lleva a la servidumbre, a la obediencia y a la esclavitud, que para nosotros los vikingos es un destino mucho peor que morir en batalla.
Nosotros no adoramos a un jefe, es uno más, elegido momentáneamente, discutimos todo en asambleas, y nuestras mujeres son libres.
Hace 6000 años los manipuladores descubrieron que el miedo servía para esclavizar a las personas, y comenzaron a fomentarlo.
Ni siquiera debía ser algo tangible para tenerle miedo, es más, mejor que no lo fuese.
El miedo podía servir a un demonio, a un Dios vengativo o a un universo perverso.
El miedo hizo que 150.000 egipcios agotaran sus vidas arrastrando piedras de 12 toneladas por el Sahara, para construir la Gran Pirámide.
¿Quién se los ordenaba? Un Faraón, sus ministros y dos arquitectos. No más de 14 personas.
El miedo hizo que padres entregarán a sus hijas para ser quemadas por brujas, o a sus hijos para ser sacrificados en un altar, o en las trincheras de Verdún.
A veces hubo gente que no se sometió, en el año 1000 un grupo de jóvenes de la Isla de Bora Bora se cansó de los sacrificios humanos que habían convertido el paraíso en un infierno.
Si no les gusta, váyanse, desadaptados, les dijeron riendo. ¿A dónde iban a ir?
Pues cargaron un barco con comida y animales y se hicieron a la mar. Los van a matar las tormentas, los tiburones, la sed, les gritaron. Navegaron 22 días sin saber adónde iban, hasta encontrar unas islas deshabitadas a las que llamaron Hawái.
Antes de bajar se prometieron que nunca más habría sacrificios, que si alguien quería honrar un Dios, que lo haga con flores y oraciones.” – Historia Vikingos

Superar el miedo

Superar el miedo es un proceso personal que requiere autoconciencia, práctica y perseverancia. Aquí hay una conclusión sobre cómo abordar y superar el miedo:

La clave para superar el miedo radica en enfrentarlo de manera gradual y constante. Comienza por identificar tus miedos y reconocer cómo te afectan en tu vida diaria. Luego, desafía tus creencias limitantes y cuestiona la validez de tus temores. Practica la exposición gradual al objeto o situación que te causa miedo, enfrentándolo de manera controlada y progresiva. Aprovecha el apoyo de amigos, familiares o profesionales si es necesario. Cultiva una mentalidad de confianza y resiliencia, recordándote a ti mismo que tienes la capacidad de enfrentar y superar cualquier desafío que se presente en tu camino. Finalmente, sé paciente contigo mismo y celebra cada pequeño paso hacia adelante. Con el tiempo y la práctica, descubrirás que el miedo pierde su poder sobre ti y que eres capaz de vivir una vida más plena y auténtica.



    ¿Qué miedo domina tu vida?

    Si te interesa mejorar tu calidad de vida, aquí está mi mano.

    Deja una respuesta

    Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

    Abrir chat
    Hola
    ¿En qué podemos ayudarte?